Los jóvenes fueron convocados por el dueño de la orquesta, Santiago Aspericueta, al local El Huaralino horas antes de su presentación para conversar y solucionar sus diferencias. El primero en hacer su aparición fue Jossimar, quien reiteró estar arrepentido por haber agredido a su compañero musical. Si sus palabras fueron sinceras, o no, nadie sabe. Tampoco le quedaba otra.
Santiago Aspericueta, dueño de Caribeños de Gua-dalupe, señaló que la indisciplina se castiga. Todavía hay una conversación pendiente con ellos, de todas maneras habrá una sanción que ya anunciaré.